Nuestra evolución

Colegio Erik Erikson e Infantes y Crayones

En septiembre de 1978 fueron imaginados por primera vez, cuando inicié la carrera de Psicología y pensé que podía crear una escuela. Yo tenía veinte años; había estudiado cuatro trimestres de la carrera de Física y decidí cambiarme a Psicología.

Debido a que mi familia se mudó de casa nueve veces, fui a muchas escuelas, cuando niño, y como adulto estudié varias licenciaturas y posgrados; conocí hasta cuatro universidades como estudiante y otras más como maestro. Digamos que tuve mucha experiencia personal en una gran diversidad de escuelas, públicas y privadas.

Con la experiencia personal, y con los estudios universitarios, intenté hacer una nueva escuela, que, por un lado, respondiera de una manera más sensata y profesional a las necesidades de desarrollo personal y académico de los niños y, por otro, que apoyara la labor formativa de las familias hacia sus hijos; una escuela donde los niños fueran escuchados, estimulados en su curiosidad y apoyados en su desarrollo social, para ser constructivamente críticos, sagaces y generosos, al  mismo tiempo. ¡Menuda tarea!

Buscamos metodologías, creamos técnicas y nos convertimos en la primera escuela, en Querétaro, que habló de constructivismo y desarrollo de la autonomía de los niños. En 1991 no había escuelas que pensaran así.

Fuimos a varios países a buscar los mejores modelos y, asimismo, plantear lo que nosotros hemos encontrado.

Escuchamos a los mejores educadores en varios continentes y narramos a otros nuestra labor. Desarrollamos una práctica singular, que favorece el aprendizaje, la curiosidad y la amistad generosa en una comunidad de niños y adultos, porque el desarrollo intelectual es insuficiente si no hay al mismo tiempo desarrollo emocional y social.

 

 

Académicamente somos muy técnicos en el aprendizaje del español, como herramienta para pensar y expresarnos asertivamente; en las matemáticas, para reflexionar, representar y observar los detalles en los procesos; en el inglés, para abrirnos las posibilidades de entender y  convencer a otros; en las ciencias, para tener una disciplina de observación, juicio y acción prudente y, en las artes y educación física, para expresarnos emocional y físicamente.

En el plano social y emocional, nos interesa escuchar a los niños y ayudarlos a reflexión  sobre las necesidades propias y las de otras personas, como sus amigos, familiares y otros con los que tengan relación. Todo esto en un ambiente de alegre curiosidad y cordialidad. Sabemos que en la interacción social hay conflictos, y no desesperamos; cuando se presentan, los aprovechamos para la reflexión y el aprendizaje. Somos constantes y tenaces en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños, con la escucha y el ejemplo.

En el ámbito organizacional, desarrollamos un equipo de profesionales apasionados, competentes y bien dispuestos a la tarea de convivir con los niños y ayudarlos a desarrollarse.

Somos la única institución en México que cuenta con tres capacitadores certificados en educación infantil y que está dedicada, no sólo al desarrollo de niños, sino también de adultos e instituciones, a través de la formación de profesores y directivos dentro de un esquema de capacitación con influencias internacionales. Somos representantes mexicanos en el World Forum on Early Care and Education.

Contamos, en nuestro personal, con un ambiente de cordialidad y esfuerzo continuo. Queremos superarnos diariamente, para que los niños y sus familias reciban lo mejor de nosotros conforme nos dedicamos a mejorar nuestra labor educativa.


En septiembre de 1978 fueron imaginados por primera vez, cuando inicié la carrera de Psicología y pensé que podía crear una escuela. Yo tenía veinte años; había estudiado cuatro trimestres de la carrera de Física y decidí cambiarme a Psicología.

Debido a que mi familia se mudó de casa nueve veces, fui a muchas escuelas, cuando niño, y como adulto estudié varias licenciaturas y posgrados; conocí hasta cuatro universidades como estudiante y otras más como maestro. Digamos que tuve mucha experiencia personal en una gran diversidad de escuelas, públicas y privadas.

Con la experiencia personal, y con los estudios universitarios, intenté hacer una nueva escuela, que, por un lado, respondiera de una manera más sensata y profesional a las necesidades de desarrollo personal y académico de los niños y, por otro, que apoyara la labor formativa de las familias hacia sus hijos; una escuela donde los niños fueran escuchados, estimulados en su curiosidad y apoyados en su desarrollo social, para ser constructivamente críticos, sagaces y generosos, al  mismo tiempo. ¡Menuda tarea!

Buscamos metodologías, creamos técnicas y nos convertimos en la primera escuela, en Querétaro, que habló de constructivismo y desarrollo de la autonomía de los niños. En 1991 no había escuelas que pensaran así.

Fuimos a varios países a buscar los mejores modelos y, asimismo, plantear lo que nosotros hemos encontrado.

Escuchamos a los mejores educadores en varios continentes y narramos a otros nuestra labor. Desarrollamos una práctica singular, que favorece el aprendizaje, la curiosidad y la amistad generosa en una comunidad de niños y adultos, porque el desarrollo intelectual es insuficiente si no hay al mismo tiempo desarrollo emocional y social.

Académicamente somos muy técnicos en el aprendizaje del español, como herramienta para pensar y expresarnos asertivamente; en las matemáticas, para reflexionar, representar y observar los detalles en los procesos; en el inglés, para abrirnos las posibilidades de entender y  convencer a otros; en las ciencias, para tener una disciplina de observación, juicio y acción prudente y, en las artes y educación física, para expresarnos emocional y físicamente.

En el plano social y emocional, nos interesa escuchar a los niños y ayudarlos a reflexión  sobre las necesidades propias y las de otras personas, como sus amigos, familiares y otros con los que tengan relación. Todo esto en un ambiente de alegre curiosidad y cordialidad. Sabemos que en la interacción social hay conflictos, y no desesperamos; cuando se presentan, los aprovechamos para la reflexión y el aprendizaje. Somos constantes y tenaces en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños, con la escucha y el ejemplo.

En el ámbito organizacional, desarrollamos un equipo de profesionales apasionados, competentes y bien dispuestos a la tarea de convivir con los niños y ayudarlos a desarrollarse.

Somos la única institución en México que cuenta con tres capacitadores certificados en educación infantil y que está dedicada, no sólo al desarrollo de niños, sino también de adultos e instituciones, a través de la formación de profesores y directivos dentro de un esquema de capacitación con influencias internacionales. Somos representantes mexicanos en el World Forum on Early Care and Education.

Contamos, en nuestro personal, con un ambiente de cordialidad y esfuerzo continuo. Queremos superarnos diariamente, para que los niños y sus familias reciban lo mejor de nosotros conforme nos dedicamos a mejorar nuestra labor educativa.

Iván Galindo Herrera

Director General